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3 atolones y 21 puestas de sol en Maldivas

Atardecer en Fulidhoo, Maldivas

Nuestra entrada a Maldivas fue de rebote desde la India y organizamos nuestro viaje en función de las rutas de ferry (pronto dedicaremos un post a los ferrys). Decidirnos empezar por Maafushi puesto que unos amigos (Javi y María) habían estado por allí y nos hablaron muy bien, planificando el resto de dias en función de los horarios y lo que fuimos leyendo por ahí. Esta fue la ruta:

MAAFUSHI (Línea 306 ferry, 1'5h desde Malé)

Cuenta con una amplia oferta de hoteles y guest houses, así como cajero automático, supermercados, centro de salud, agencias turísticas… Diremos que no es la más bonita de las islas pero está bien y es fácil para empezar. Maafushi se va a adaptar a ti: puedes pasarte 15 días en un buen hotel haciendo todo tipo de excursiones o si prefieres ampliar tu visión de Maldivas, pasar unos días en una guest house más económica y cambiar a la siguiente isla cuando te aburras.

En cualquier caso podrás tumbarte al sol en una playa de postal, beberte un coco, hacer snorquel, submarinismo, kite surf, moto de agua… Incluso emborracharte a pesar de que el alcohol está prohibido en el país (hay 2 barcos a 100m de la orilla donde puedes tomarte unas cervezas).

En esta isla encontrarás 2 vertientes de playa muy distintas: en la zona de la bikini beach hay hamacas, chiringuito, deportes acuáticos, restaurantes, palmeras, arena blanca y fina, aguas turquesa… pero también ruido y turistas (sobre todo españoles e italianos). En el lado opuesto encontrarás el espectacular lagoon y la public beach donde van los locales a bañarse. Es mucho más tranquila pero hay que bañarse vestido. Casi no hay arena para tumbarse ya que la zona está dura y pisada por los coches. Allí hay un chiringuito (mucho más barato que los de la bikini) donde degustar las delicias Maldivas de atún, beberte un coco y tomar un café con los dulces típicos junto a los locales.

Si sigues un poco mas adelante y das la vuelta a la isla descubrirás la cara oculta del paraíso: el basurero local y la cárcel regional, donde los presos tienen sin duda unas vistas que ya quisieran Bárcenas y compañía en sus celdas. Es curioso de ver…

(Justo antes de llover el mar parece brillar...)

Junto al campo de fútbol está la calle principal donde hay varios supermercados, restaurantes, la mezquita principal y un cajero. ¡Y poco más! Las islas son pequeñas y en 15 minutos te las recorres.

Llévate un buen libro y un frisbee para jugar en el agua (puedes adentrarse mar adentro y el agua azul turquesa seguirá llegándote por debajo del pecho).

FELIDHOO (Línea 306 ferry, 4h05’ desde Maafushi ó 5h45' desde Malé)

Nuestra siguiente parada fue Felidhoo, dentro de la misma ruta de Ferry pero casi al final.

La isla es pequeña a pesar de ser la capital provincial del atolón, pero cuenta con supermercado, cajero y médico. La isla es mucho más tranquila y de hecho aunque la preciosa bikini Beach es pequeña no coincidimos con nadie salvo una tarde.

De momento en 2017 la opción para alojarse allí es una guest house (casitas muy cuidadas con entre 3 y 6 habitaciones con un patio central por entre 30€ y 60€ la habitación doble). Decimos de momento porque los empresarios hoteleros ya tienen su mira puesta en estas islas locales más allá de los resorts con lo que me temo que perderán parte de su encanto. Así que dense prisa si quieren disfrutar del paraíso sólo para ustedes.

Cuando paseas por Felidhoo se respira tranquilidad. La gente local te saludará en italiano y es que hay unas señoras italianas que han invertido en la isla y están abriendo su propia guest house, con lo que llevan años relacionándose con las familias de la isla. Nosotros pasamos un rato con ellas y nos invitaron a la isla vecina en taxi lancha a tomar un refresco con unos amigos locales para luego enseñarnos su guest house casi terminada.

De las islas que hemos visitado en Maldivas esta es la más tranquila y menos concurrida por los turistas, así que la recomendamos totalmente si quieres desconectar.

FULIDHOO (Línea 306 ferry. 2h desde Felidhoo dirección Maafushi; 1h35' desde Maafushi dirección Felidhoo, 3h25' desde Malé)

Esta fue la playa que más nos gustó, aunque fuimos testigos de como tiraban unas 30 palmeras enormes al lado de la playa para construir un hotel de 100 habitaciones… Daban ganas de llorar. La gente local estaba en contra de la construcción del hotel pero no podían hacer nada salvo recoger los cocos y el palmito de las palmeras taladas (compartieron con nosotros). Así que de momento solo hay guesthouses pero por poco tiempo. Hay más turistas que en Felidhoo pero menos que en Maafushi.

La bikini Beach es suficientemente grande como para no tener a alguien justo al lado y la zona de baño es enorme pudiendo adentrarte más de 150m mar adentro sin que el agua te rebase la cabeza. Fondo azul turquesa, palmeras, preciosos arco iris en el mar cuando llueve y espectacular puesta de sol en la parte opuesta de la isla… te llevarás buenos recuerdos en la retina y en la cámara.

La gente local es muy animada y seguro que alguna noche se lanzan a cantar y bailar en el escenario frente al puerto. Ahí al lado hay un bar pequeñito y barato donde tomar unos "pinchos" y croquetas de atún por poco dinero. Otra opción económica para comer es comprar algo en el súper y preparar una ensalada con atún y tomate, noodles, fruta... No hay carne fresca así que si vas a restaurante lo mejor será un buen pescado (90% de lo que consumen es atún).

OJO! No hay cajero en la isla, aunque supongo que lo pondrán en el nuevo hotel.

En el muelle al caer la tarde llegan los pescadores y limpian el pescado. Acércate con una linterna y podrás ver las enormes rayas que acuden a comerse los despojos. Además si tu alojamiento tiene barbacoa puedes comprar un pez y degustarlo por poco dinero.

Y si te gusta el submarinismo, no pierdas la ocasión de bucear con tiburones: en un resort cercano los alimentan cada día y puedes bucear mientras las criaturas comen (pregunta en el centro de buceo frente al muelle) Nosotros no lo hicimos porque en buceo no tenemos ni la L así que en otra ocasión será…

En resumen, merece la pena visitar Fulidhoo cuanto antes para no cruzarse con los 200 turistas que va a albergar el nuevo hotel. MATHIVERI (Línea 303 ferry. 6h desde Malé, 9h25' con transbordo desde Fulidhoo)

Mathiveri tiene sin duda una de las mejores playas de Maldivas. Está lejos de Malé y mucho más lejos de Fulidhoo, ya que se encuentra en otro atolón diferente. Sin embargo a pesar del largo viaje en barco recomendamos hacer una visita si quieres disfrutar de una playa preciosa y llena de vida.

En nuestro caso al partir desde Fulidhoo tuvimos que hacer necesariamente una escala en Malé (isla de Vilingili a 10 minutos de Malé). Os recomendamos esta tranquila isla como alternativa a la ruidosa capital. De hecho mucha gente de Malé pasa allí los días festivos para disfrutar de su bonita playa y las olas para hacer bodysurf.

Después de pasar noche cogimos el ferry de 6h a Mathiveri. En esta ocasión el mar estaba más picado que en nuestros agradables viajes anteriores así que lo pasamos un poco mal: olas de hasta 3m movían el barco como si fuera un tiovivo y lo hacían crujir… Gracias a las pastillas de jengibre concentrado (milagrosas contra el mareo) y a mantener la vista fija en el horizonte conseguimos llegar sin vomitar.

Al llegar a la isla de Rashdoo hay que hacer un cambio de barco, con lo que saltarás de uno a otro y en unos segundos el viaje prosigue por aguas interiores del atolón mucho más tranquilas.

El susto y la mala gana se te pasarán en cuanto llegues al puerto y te enseñen la bikini beach: casi no hay arena (aunque hay tumbonas gratis para utilizar) pero la zona de baño es la más espectacular del país: una lengua de arena blanca penetra unos 600m en el mar hasta el arrecife y en su borde las olas de 4m rompen estruendosamente. A la izquierda de la playa hay una pequeña isla desierta que también es bikini Beach, y cuando la marea está baja (por las corrientes mejor hacer pie) puedes llegar andando. En el extremo de la bikini hay un pequeño resort familiar y el resto de alojamientos de momento son pequeñas guest houses.

La isla en sí misma es menos tranquila que Felidhoo y aunque no hay muchos turistas el ambiente en el pueblo un poco más seco, como si les gustasen menos las visitas. Aún así no tendrás problemas a la hora de comprar algo en el súper o si tienes que preguntar algo a algún local.

¡OJO! No hay cajero en la isla.

En la zona bikini Beach y desde la misma orilla pudimos ver decenas de rayas (nos daba miedo pisar alguna ya que tienen un aguijón venenoso), peces pequeños, calamares, un pez globo y 3 crías de tiburón. Como verás la zona está llena de vida… y eso te servirá para hacerte una idea de la tranquilidad de esta playa. De noche con una buena linterna podrás ver alguna raya más y alguna cría de tiburón, además de los miles de estrellas que se aprecian desde Maldivas… una maravilla más.

Para comer o picar algo hay un par de pizzerías con carta en dólares para turistas, pero nosotros preferimos ir al súper y a un bar local cerca de la escuela que tiene las típicas croquetillas y demás delicias de atún maldivo.

Si no vas en plan low cost, puedes darte el capricho y contratar una romántica cena en la playa de isla desierta para ti y quien tú quieras, aunque no sabemos por cuanto te saldrá.

En resumen, Mathiveri es una isla donde redescubrir el color azul del mar y disfrutar de la vida marina desde la orilla o desde las profundidades. RASDHOO (Línea 306 ferry. 2h desde Mathiveri, 4h desde Malé)

Rashdoo es considerada como el cuartel base de operaciones para realizar actividades en el atolón, y eso se nota en que es la isla de las que hemos visitado con más tiendas para turistas y más centros de buceo. Su arrecife es famoso entre los submarinistas por tener una gran caída vertical llena de corales y peces tropicales así como tiburones martillo y mantas.

Cuando nosotros estuvimos no había muchos turistas salvo a las horas en que llegaban barcos llenos de los resorts cercanos y las calles se llenaban. Lo que si que encontrarás es bastante oferta de alojamientos, muchas tiendas, un cajero que no funciona con tarjetas españolas (3 diferentes) y muchos jóvenes por la calle sin hacer nada que no levantan la vista del móvil. Ni siquiera cuando irrumpes en su guest house y les haces una pregunta… esta juventud…

La mezquita es la más grande de las islas que visitamos. En cambio la zona que han destinado a bikini Beach es la peor para bañarse, aunque muy buena para el snorquel. Y es que la playa además de ser pequeña recibe una corriente que viene de los resorts cercanos Y de alta mar, con lo que puedes encontrar en la arena delicias como cristales, anzuelos, botellas de whisky, bañadores, tuercas… incluso una jeringuilla con su aguja bien afilada. Lo único bueno de la playa es que tiene sombra, aunque también tiene mosquitos (llévate el repelente) Para bañarse tendrás que superar una frondosa barrera de algas antes de llegar a la zona de aguas turquesa, por tanto te recomendamos que lleves escarpines a esta playa. Ahora bien, cuando te pongas las gafas de snorquel la cosa cambia. Podrás ver a Nemo, Dori y todos sus amigos a pocos metros de la orilla entre las algas y el muro que forma el arrecife. La corriente es fuerte así que coge las aletas y disfruta.

Al caer el sol puedes pasarte por el puerto donde los atuneros preparan los aparejos para salir a pescar mientras que los pequeños botes van volviendo con las capturas del día.

Para comer al margen de los hoteles hay un par de restaurantes con platos para todos los bolsillos, aunque nosotros aquí tuvimos que comer mucha lata de atún del súper en bocadillo con algún tomate, ya que como he dicho antes el banco cerraba por el año nuevo árabe y el cajero no quiso darnos dinero y pasamos 3 días con 50 Rufillas que son 2'74€ (cogíamos cocos en la playa que abrimos con la navaja suiza, y el agua para beber la cogimos sin permiso de un frigo que había en el patio del hotel) Parecíamos Bear Grylls en el último superviviente...

¡OJO! Insistimos en que hay cajero pero puede no funcionar.

Nos tocó pasar allí la noche vieja árabe y asistimos a un festival de danzas y teatrillos representados por las chicas y chicos del pueblo. Mientras unas habían ensayado y ponían todo el empeño, los otros hacían un poco el tonto y el gamberro sobre el escenario… una anécdota más de Rashdoo.

VUELTA A CASA

Para volver a casa ten cuidado al coger el ferry al aeropuerto. Los ferrys entre los atolones que hemos visitado paran en Vilingili, pero el que va al aeropuerto sale del otro puerto. Isa pidió billete a Hulumale (la isla que acoge el aeropuerto) en vez de decir “airport”. Los dos empezamos a sudar cuando vinos que pasábamos el aeropuerto de largo y el barco seguía mar adentro. Hubo un momento de tensión en el que no sabíamos donde estábamos yendo. Por suerte el barco nos dejó en la punta contraria de la isla desde donde pudimos llegar a tiempo al aeropuerto tras caminar 20 minutos y coger un bus que costaba 60 Rufillas cada uno (seguíamos sin Rufillas por culpa del dichoso cajero) Menos mal que el chofer aceptó un billete de 10€ que llevábamos porque sino nos quedamos en tierra… Aún le estamos dando las gracias a ese buen hombre que incluso me dio el cambio... Una muestra más de la amabilidad del pueblo maldivo, para que luego hablen mal de los musulmanes.

Y esta fue nuestra pequeña gran aventura maldiva. Un placer para los sentidos en el paraíso musulmán... Alá es grande.

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