5 experiencias únicas que sólo podrás vivir en Bolivia
Cruza un desierto blanco o adéntrate 1Km bajo tierra
Cuando pensamos en Bolivia lo primero que nos viene a la cabeza es el impresionante salar de Uyuni y no es para menos. En este paraje único en el mundo se han grabado anuncios y películas, además de ser portada de cientos de publicaciones que hablan sobre este mágico país. Pero más allá del salar, Bolivia es un lugar que permanece anclado en el tiempo ofreciendo experiencias únicas que sería muy difícil llevar a cabo en otros lugares del mundo… bien por las peculiaridades de su entorno, o bien por la legislación actual que regula casi todo lo que hacemos en Europa y demás países occidentales.
No cabe duda de que casi todos los turistas que visitan Bolivia lo hacen atraídos en mayor o menor medida por el espíritu aventurero y las ganas de vivir algo diferente. Para todos ellos va dirigido este post donde narramos nuestras 5 mejores experiencias Bolivianas. 1.- Pasa la noche en el Salar de Uyuni bajo las estrellas
Si eres de los que disfruta contemplando las estrellas, no puedes perderte la oportunidad de pasar la noche en uno de los mejores lugares del mundo para su observación.
El frío en el salar de noche es intenso llegando a temperaturas de varios grados bajo cero, pero te aseguramos que no olvidarás la experiencia. Si además como fue en nuestro caso coincide que ha llovido recientemente, podrás contemplar el maravilloso efecto espejo que produce el agua acumulada en el suelo del salar… es algo único poder observar la vía láctea con total claridad y ver cómo se reflejan todas las estrellas en el agua convirtiendo el suelo en un segundo firmamento.
El tour comienza a las 4:30 de la madrugada. Con bastante frío te montas en el 4x4 y media hora más tarde estarás bajo las estrellas con los pies metidos en el agua helada del salar. En el coche suelen llevar unos taburetes para que cómodamente te sientes a contemplar el espectáculo (y que vienen muy bien para usarlos como trípode para las fotos)
Un consejo, ponte mucha ropa de abrigo y doble par de calcetines gordos (estarás varias horas con las botas de goma dentro del agua helada que no se congela por la alta concentración de sal).
2.- Cruza el salar de Uyuni en 4x4 hasta Atacama (Chile)
Esta es la experiencia que todo el mundo viene a buscar aquí… y que tardarás mucho tiempo en olvidar. Por desgracia salvo que traigas tu propio 4x4 tendrás que contratar un tour que te lleve.
Los tour de 3 días suelen incluir comidas y alojamientos: el primer día la visita al famoso cementerio de trenes, almuerzo en un hotel de sal (paredes, mesas, sillas… todo de sal) visita a una de las islas del salar, sesión de fotos divertidas y noche en hotel de sal con cena y desayuno.
Al día siguiente la ruta continúa hacia la frontera con Chile pasando por paisajes marcianos y varias lagunas de diferentes colores donde los flamencos viven tranquilamente.
El tercer día al amanecer se visitan los cercanos géiseres a casi 5000m para luego calentarse con un baño relajante en alguna de las lagunas termales del lugar. El tour puede concluir en la frontera con Chile en Atacama o también está la opción de regresar a Uyuni llegando en el mismo día.
Te recomendamos que preguntes en varias agencias antes de contratar y que intentes negociar un mejor precio incluyendo el tour de las estrellas. Nosotros pagamos por ambas experiencias 110€ regateando un poco por ser las 2 últimas plazas que quedaban para el tour de las estrellas.
La mejor zona para preguntar es la avenida de la estación de tren donde hay unas 5 agencias seguidas.
3.- Entra en la mina de plata que forjó un imperio: Potosí
Cuenta la leyenda que con la plata que nos llevamos los españoles de Potosí se podría haber construido un puente que cruzase el océano hasta España. No sé si fue para tanto, pero lo que sí que es seguro es que algo de plata queda en la montaña (aunque actualmente viven gracias al Zink, la Galena y otros metales).
La bromita de que los españoles nos llevamos el oro y la plata la escucharás más de una vez en tu viaje por Sudamérica, pero siempre en tono de broma y de buen rollo…
A mí particularmente me sigue pareciendo alucinante que pudiéramos entrar en una mina con tanta historia como la de Potosí y convivir codo con codo con los mineros a 1Km de profundidad, mientras los cartuchos de dinamita de la galería superior hacían retumbar todo el túnel y el polvo caía sobre nuestras cabezas… Sin duda creo que en ningún otro país del mundo podrás vivir esta experiencia de una manera tan auténtica y quizás peligrosa.
Para adentrarte en la mina, a parte de no sufrir de claustrofobia, tendrás que gozar de buena agilidad y no tener reparo para meterte por agujeros y bajar por escaleras de mano artesanales que se adentran más de 20m. Además, hay que llevar algo de dinero, ya que en el mercado cercano a la mina es tradición comprar algunos obsequios para los mineros como Alcohol de 70 grados (para beber mezclado con zumo), hojas de coca, tabaco, refrescos o cartuchos de dinamita (Sí, ¡dinamita! Has leído bien, cualquiera puede comprarse un buen “petardo” como recuerdo en el supermercado de la mina).
Por supuesto no dejan entrar a cualquiera en la mina… Tendrás que contratar un tour guiado (generalmente por un antiguo minero) que te llevará por los túneles a visitar a sus compañeros y compartir con ellos, con “el tío de la mina” y con la Pachamama (madre tierra) unos tragos, un pitillo y un par de horas de conversación… Y todo por unos 20€ (mono, casco, linterna, guía y lo que compramos para los mineros).
No te lo puedes perder.
4.- Visita el parque Cretácico en Sucre
Si eres de los que disfrutan viendo Jurassic Park cada vez que la ponen de nuevo en TV no puedes perderte esta experiencia.
¿Sabías que en Sucre, una de las principales ciudades coloniales de Bolivia, puedes visitar un “Parque Cretácico”? Nosotros tampoco lo sabíamos… pero nos sorprendió gratamente. Más de 5000 huellas de 8 especies distintas de dinosaurios llenan una pared rocosa de una mina al aire libre ocupando casi 1500m.
Además el parque cuenta con maquetas a escala real de los bichitos que dejaron sus huellas en el fondo pantanoso de un embalse y que posteriormente con las violentas transformaciones geológicas de la zona se elevó hasta formar una pared casi vertical.
El lugar está literalmente dentro de una mina al aire libre y de hecho los camiones pasan cada poco tiempo llevando las rocas a triturar para hacer cemento, con lo que el uso de casco es obligatorio.
Un guía (incluido en la entrada) te acompaña a la cantera donde aparecieron las huellas hace unos pocos años y con ayuda de un espejo te va señalando las distintas huellas de las 8 especies diferentes que hay en la pared. Después te deja un rato libre para hacer las fotos de rigor y contemplar muy de cerca las huellas que se distinguen perfectamente y están por toda la pared…
Un lugar único para conocer el pasado de la tierra.
5.- Recorre las ruinas del fuerte de Samaipata en la sierra donde murió el Ché
A pesar de que Bolivia no es famosa por sus complejos arqueológicos tiene algunas joyas escondidas de culturas precolombinas que merece la pena descubrir.
El mayor de estos vestigios se encuentra en la sierra de Samaipata, la sierra donde el Ché Guevara pasó sus últimos días antes de ser asesinado por la CIA.
De Samaipata tenemos que decir que es con creces lo más caro que nos encontramos en Bolivia. ¿Por qué razón? Nos preguntábamos… Tras dar una vuelta por el pueblo nos dimos cuenta de que la mayor parte de los bares, restaurantes y agencias están en manos extranjeras con lo que creemos que los precios han sido inflados para asemejarse a los que encontramos en Europa o EEUU.
En cualquier caso aún se pueden visitar highlights de esta sierra de manera más económica siguiendo el ejemplo de los locales: en mototaxi (la parada está junto al mercado). El trayecto al fuerte es de unos 30 minutos y cuesta unos 5€ al cambio. Para comer si evitas las pizzas y hamburguesas pagarás mucho menos (aparte de comer mucho mejor y degustar alguna delicia boliviana).
El fuerte pertenece a la cultura precolombina Chané y se cree que no tenía carácter militar sino religioso. Poco después los Incas establecieron allí una ciudad junto a la gran piedra, hasta que los guerreros guaraníes del cercano Amazonas conquistaron toda la sierra. Más tarde con la llegada de los españoles, aprovecharon las ruinas para esta vez sí construir un fuerte militar de estilo andaluz. Merece la pena pasar la mañana en estas ruinas que te harán plantearte cómo es posible que semejante roca fuera llevada hasta allí y cómo hicieron para labrar en ella esos dibujos (que recuerdan a los de Nazca) de una manera tan precisa…
Además las hornacinas laterales seguro que suscitan tu curiosidad y es que todavía hoy no se sabe exactamente para qué se usaban…
Si eres un freak de Cuarto Milenio te plantearás si este lugar es obra del hombre o de los “Alienígenas ancestrales”.
Como plus puedes bajar a las cascadas de Cuevas, a unos 30Km o visitar el centro de recuperación de fauna salvaje a 2Km del pueblo para pasar un rato dando de comer a monos aulladores o tucanes.
